El Instituto Nacional de Estadística anunció que los precios subieron en España durante el mes de mayo un 2,7%

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Se trata de su umbral más alto desde febrero de 2017, cuando la inflación alcanzó el 3%. Entre las partidas que más crecen están la gasolina (24,2%), el gasóleo (21,4%) y los refrescos (9,5%) —el IVA que soportan pasó el 1 de enero del 10% al 21%—, pero destaca especialmente la electricidad, cuyo precio aumentó un 36,3%.

El dato llega en pleno debate sobre la factura de la luz, con el Ejecutivo buscando fórmulas para abaratar el consumo. El Gobierno pretende frenar los llamados beneficios caídos del cielo, el exceso de retribución que las compañías consiguen por la electricidad que generan con sus nucleares y centrales hidráulicas cuyas obras ya están amortizadas. Y ha dado un vuelco a las tarifas desde junio, con la diferenciación por tramos horarios, lo cual ha generado disensiones en Moncloa: dos ministros de Podemos han pedido adelantar la hora valle desde la medianoche a las 22.00 de lunes a viernes para rebajar la factura.

La subida de la electricidad en mayo es anterior a la entrada en vigor de las nuevas tarifas y está condicionada por otro factor: el encarecimiento de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO₂), que está provocando un repunte en toda Europa. De hecho, el recibo de la luz subió en España en abril un 46% respecto al mismo mes del año pasado, la mayor escalada desde que hay registros, pese a que no hubo grandes picos de demanda ni caídas prolongadas de la oferta. Ese fenómeno no se detuvo en mayo, lo que ha propiciado que los usuarios tengan que hacer un esfuerzo económico extra que puede tener continuidad en verano, los meses de más calor. Actualmente dichos derechos cotizan por encima de los 50 euros por tonelada, más del doble que hace un año.

En el caso de los carburantes, a menos de tres semanas para que comience la operación salida, los precios han alcanzado niveles previos a la pandemia. Esta semana, el litro de gasolina tocaba los 1,36 euros por litro de media en España, el precio más elevado desde mayo de 2019, cuando la covid-19 aún no existía. Por debajo se sitúa el gasoil, que también se encarece mes a mes y se sitúa en los 1,22 euros, máximos desde febrero de 2020, justo antes del cierre de fronteras y el Gran Confinamiento.

Las empresas de carburantes entienden que muchos consumidores se pregunten por qué el precio de la gasolina está en esas cotas si su poder adquisitivo no ha vuelto a niveles previos a la covid-19, pero explican que su valor está condicionado al mercado de las materias primas. “Los precios los marca el mercado internacional”, recuerdan desde la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP). “Es el precio del petróleo el que ha ido marcando la evolución de la gasolina en los últimos meses”, añaden.

Ignacio de la Torre, economista jefe del banco de inversión Arcano, matiza que el repunte tiene algo de distorsión al realizarse la comparativa con un año tan atípico como el pasado. El barril de crudo de referencia en Europa, el Brent, tocó fondo en abril de 2020. Desde entonces no ha parado de revalorizarse: en apenas 14 meses su precio se ha disparado un 286%. Este encarecimiento ha arrastrado a los principales combustibles, aunque su subida no ha sido tan intensa. Desde la AOP señalan que no hay una correlación exacta. “El precio de los combustibles y del crudo no suben en la misma proporción porque la mitad del precio de los primeros son impuestos”.

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