Fedea estima que la tasa de paro se habría disparado hasta el 40% sin los ERTE

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La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) estima que, de no haberse puesto en marcha los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) durante la crisis sanitaria, la tasa de paro agregada se habría disparado desde el 14% prepandemia hasta más del 40% durante lo peor de la crisis. Además, calcula que, en ausencia de los ERTE, la tasa de destrucción de empleo se habría duplicado para los trabajadores temporales, pasando del 17 al 33%, y habría aumentado en dos puntos, del 8 al 10%, para los que tienen un contrato permanente.

Así se recoge en un estudio de Fedea, elaborado por Victoria Osuna y J. Ignacio García Pérez, de la Universidad Pablo de Olavide, en el que se analizan los mecanismos de flexibilidad laboral utilizados en España para preservar el empleo y la renta de los trabajadores durante la crisis del Covid, especialmente el uso generalizado de ERTE con bonificación parcial de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social. En el estudio se señala que, aunque los ERTE permiten reducir significativamente el aumento del paro y las tasas de destrucción de empleo, el tamaño de estas reducciones depende de las subvenciones a las empresas asociadas a los ERTE.

Así, explican los autores, con un subsidio del 80%, similar al aplicado en España en los ERTE, la tasa de paro se mantiene por debajo del 20% y las tasas de destrucción de empleo se reducen en relación con el escenario base hasta el 9% para los empleos temporales y hasta el cero para los permanentes. Sin embargo, el número medio de horas trabajadas cae mucho en este escenario, con lo que la tasa de desempleo equivalente en horas se eleva hasta el 30%. Ahora bien, con un tipo de subvención del 33%, la mejora sería mucho menor tanto en términos de paro (la tasa sería del 29%) como en tasas de destrucción de empleo (que serían del 22 y el 8%, respectivamente), pero habría poca diferencia en términos de desempleo equivalente, que se quedaría en el 32%. Para Fedea, en términos de bienestar medio y de costes fiscales, la opción de un tipo de subvención «relativamente bajo, pero no cero», sería la preferible.

Fedea subraya que, aunque los ERTE han ayudado a sostener el empleo, suponen un «dopaje económico del mercado de trabajo» que «no es sostenible» en el tiempo tanto fiscalmente como desde el punto de vista de la eficiencia económica. Los resultados del estudio apuntan a que los ERTE, como instrumentos de flexibilidad interna, han favorecido el mantenimiento de los puestos de trabajo, aunque han generado también costes fiscales «y de peso muerto» que pueden ser significativos. Estos últimos están asociados con «ineficiencias» en la asignación de la fuerza de trabajo, ya que, según los autores, «los esquemas de protección de este tipo tienden a hacer que se mantengan empleos poco productivos que deberían desaparecer».

De hecho, avisan de que se están retrasando ajustes sectoriales y ocupacionales que ya eran necesarios antes de la crisis originada por la pandemia, lo que a su vez «puede tener consecuencias importantes para el ajuste futuro y suave de la economía española». En el estudio se apunta que ésta podría ser la razón por la que el Gobierno español es partidario de reducir las exoneraciones a la Seguridad Social de los ERTE, especialmente en el caso de los trabajadores que siguen en suspensión de actividad, con la idea de trasladar estos incentivos a la recontratación y al reciclaje profesional de los trabajadores.

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