Cada pensionista debería recortar su paga 75 euros para equilibrar el Sistema

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A pesar de los esfuerzos del Gobierno por cuadrar, a marchas forzadas, las cuentas de la Seguridad Social, aún arroja el Sistema público de pensiones síntomas de desequilibrio presupuestario, si bien se aprecia una mejora sustancial desde el año 2018, y con especial intensidad desde el pasado 2020. Con todo ello, según los cálculos de los expertos en la materia, para el próximo 2022 aún sería necesario reducir un 0,51% el gasto en prestaciones para que el Sistema se equilibre. Trasladado al terreno de las prestaciones, supondría que las 9,8 millones de prestaciones actualmente vigentes en nuestro país con una cuantía media de 1.033 euros mensuales deberían recortar de sus nóminas 5,2 euros mensuales, o casi 75 euros en el conjunto del año para que la Seguridad Social alcance el próximo año el equilibrio presupuestario.

Esta es la conclusión que se extrae de los cálculos elaborados por el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social compuesto por un nutrido grupo de catedráticos universitarios que realizan el ejercicio de estimar, con la fórmula del famoso Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) aprobado por el PP -que situaba el tope de revalorización en el 0,25% en caso de déficit en el Sistema- peros sin topes, cómo debería comportarse el gasto en prestaciones para sostener el presupuesto.

«Tras la liquidación presupuestaria provisional de 2020, el IRP estimado para 2021 continuó mejorando y se situó en -1,36%, impulsado por la aportación de ingresos adicionales vía transferencias extraordinarias del Estado, 14.002 millones (RDL 19/2020) y 6.000 millones (RDL 34/2020)», señalan los autores del estudio.

En 2021 estas transferencias ya serán ordinarias porque están incluidas en el presupuesto de la Seguridad Social como «Transferencias para dar cumplimiento a la recomendación primera del Pacto de Toledo 2020», por importe de 13.929 millones de euros. «Pero es muy posible que no sean suficientes y tengan que complementarse con transferencias adicionales», señala el documento al cual ha tenido acceso el Economista.

De este modo, el valor del IRP sin topes, es decir, sin tener en cuenta los límites máximo y mínimo que figuran en la Ley 23/2013, se situaría en -0,37%; mejor al calculado con topes, ya que en este último caso estamos suponiendo que en 2022 y en los años sucesivos el IRP será del 0,25%, mientras que en el caso que analizamos ahora el IRP de 2022 y siguientes sería inferior al 0,25%; concretamente de -0,08% en 2023, 0% en 2024, etc.

Cabe recordar, eso sí, que se trata de un ejercicio teórico ya que el impacto de esta medida, sobre la revalorización de las pagas, ya ha sido eliminado el reciente acuerdo entre Gobierno y agentes sociales para la primera parte de la reforma de pensiones, que incluye la derogación del IRP y la vinculación de las pensiones a la inflación para su actualización anual.

Aun así, el IRP adelantado para el año 2022 se sitúa en el -0,51%, bastante mejor que el de 2021 que fue del -1,36%. «Esto indica una mejor situación financiera del sistema de pensiones español debido a las transferencias extraordinarias del Estado, primero para compensar los efectos económicos asociados a la Covid, y en 2021 como mandato del Pacto de Toledo». Concretamente, esta necesidad de financiación o de reducción de gasto será en 2022 tres veces menor que este año.

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