El Banco de España prevé que la política fiscal siga siendo expansiva este y el próximo año y contractiva el siguiente

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El Banco de España asume que la absorción de las ayudas europeas será más lenta de lo que inicialmente se esperaba, si bien confía en que el repunte del consumo, que ha dado ya un fuerte empujón al PIB en el segundo trimestre del año, permita mejorar el crecimiento inicialmente previsto para este y los próximos años. “Revisamos al alza la previsión de crecimiento económico, básicamente por el incremento de PIB del segundo trimestre, que nos sorprendió, y que compensa la moderación de otros factores” económicos, ha explicado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce.

El Banco de España modifica sus proyecciones sobre el impacto fiscal de las ayudas europeas en las cuentas públicas del país. “La última información disponible ha conducido al abandono del supuesto de neutralidad en términos del déficit público, año a año, del gasto con cargo a los fondos del denominado React. En concreto, este gasto tendría un efecto amplificador del déficit de magnitud moderada en el corto plazo, que se vería compensado por un efecto de signo opuesto a partir de 2023”, explica.

“La evolución de las distintas variables presupuestarias, resultante de los supuestos formulados acerca de ellas, junto con la brecha de producción estimada de manera coherente con el resto de las proyecciones macroeconómicas, permite realizar una estimación del tono de la política fiscal, medido por la variación del saldo estructural primario neto de los fondos europeos”, expone el documento.

“El resultado obtenido de acuerdo con este procedimiento es tal que el tono de la política fiscal sería, como ya ocurriera en 2020, notablemente expansivo en 2021 y 2022 (en 1,3 y 1,5 puntos porcentuales del PIB, respectivamente). Sin embargo, en 2023 pasaría a ser contractivo (en 0,6 puntos porcentuales), como consecuencia de la reducción estimada del impulso derivado de los fondos europeos, cuyo mayor nivel estimado se alcanzaría en 2022”, concluye el Banco de España.

El efecto positivo sobre la economía española del maná europeo, los 70.000 millones en transferencias que España recibirá entre 2021 y 2023, se hará esperar. Así lo teme al menos el Banco de España que, en su último boletín económico, rebaja casi a la mitad el potencial impacto de las ayudas sobre el crecimiento económico para este año.

“La información disponible más recientemente sugiere que la absorción de los fondos del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia habría sido relativamente modesta hasta la fecha”, apunta el documento. “A la luz también de los retardos habituales entre la aprobación de los concursos para la realización de inversiones públicas y la materialización del gasto, procede revisar el calendario de absorción, de modo que se asume ahora que una parte de la misma tiene lugar de forma algo más tardía”, agrega. En concreto, el Banco de España rebaja el empuje de las ayudas sobre el PIB de 2021 a solo seis décimas, frente al punto de crecimiento adicional inicialmente estimado.

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