Grandes eléctricas mantienen su pulso al Gobierno y no acuden a la subasta de energías renovables

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El pulso del sector eléctrico con el Gobierno sigue vivo. Las compañías eléctricas Iberdrola, Endesa y Acciona Energía decidieron no acudir este martes a la subasta de renovables que organizaba el Ministerio para la Transición Ecológica. Naturgy se ha desmarcado y se ha presentado la puja que repartió 3.123 megavatios de potencia de energía eólica y fotovoltaica a un precio medio de 30,56 euros megavatio hora (MWh). Con esa excepción, las grandes eléctricas mantienen así la distancia con el Gobierno tras el decreto para recortar los beneficios extraordinarios que obtienen por vender energía más barata al precio de la más cara.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, no ha pasado por alto esa actitud. “A pesar de que ha habido poca presencia de las grandes compañías clásicas”, llama la atención sobre el apetito de los participantes. “El país sigue generando un enorme atractivo para desarrolladores de plantas renovables, esto no hace sino confirmar la necesidad de seguir perseverando en la transformación del sistema energético”. Al respecto ha dejado un mensaje a las eléctricas, sin citarlas expresamente: “La energía no es una cuestión de electrones, hay una cadena industrial importante y una demanda social que requiere respuestas, participación y responsabilidad, y es clave que la Administración y los promotores sigamos mejorando cada día”.

Iberdrola ha razonado su decisión en la inseguridad regulatoria que ha hecho replantearse sus inversiones en España mientras las potencia en el Reino Unido. Este mismo martes ha anunciado una inversión de 7.200 millones de euros en un parque eólico marino adicionales a los cerca de 12.000 anunciados en el plan estratégico 2020-2025. Además, la firma que preside Ignacio Sánchez Galán distribuyó una foto con Boris Johnson, de cuyo Gobierno ha alabado precisamente esa seguridad jurídica que no vislumbra en España.

Por su parte, Endesa, filial del grupo italiano Enel, se basa en que tiene otras prioridades, aunque fuentes del mercado lo atribuyen a esa sensación de inseguridad tras las medidas del plan de choque aprobadas por el Gobierno. Parecidos argumentos utiliza Acciona Energía, que nunca se ha mostrado muy convencida de las subastas.

Estas empresas han mantenido un pulso con Ribera desde que el 14 de septiembre se anunció el plan de choque de medidas eléctricas y recientemente sus responsables mantuvieron reuniones por separado con ella para sondear posibles matizaciones. Posteriormente, tanto la vicepresidenta como el presidente, Pedro Sánchez, anunciaron en el Congreso de los Diputados con motivo de la convalidación del real decreto-ley que se eximirá de la obligación de devolver esos beneficios para los contratos bilaterales firmados al precio que estaba antes de dispararse los precios. Las empresas recibieron con alivio ese anuncio, pero las tensiones permanecen en alto.

En total se han adjudicado 3.123 MW de potencia, un 95% de la subastada, 3.300 MW, a un precio medio de 30,56 euros MWh, el 15% del marcado por el mercado mayorista de la electricidad y un 60% inferior a la cotización media de los futuros de los próximos cinco años. La subasta se ha repartido en cupos de potencia y se ha producido un trasvase entre ellos, de modo que la eólica se ha adjudicado 2.258 MW y la fotovoltaica 866 MW. Los resultados de esta subasta, unidos a la de 26 de enero de 2021, suman un total de 2.902 MW asignados a la fotovoltaica y 3.256 MW a la eólica. Con una primera estimación, la ejecución de las instalaciones adjudicadas en esta subasta canalizará una inversión de unos 3.000 millones de euros y creará más de 30.000 empleos, muchos de ámbito local, según estimaciones del Ministerio para la Transición Ecológica.

Ribera considera “razonable” el leve incremento de precio sobre la primera subasta (una media de 25 euros) por el “momento especialmente delicado y complejo en el panorama europeo” y la tensión inflacionista actual en los bienes de equipo y las materias primas. La vicepresidenta enfatiza que el “el precio resultante muestra hasta qué punto hay una distorsión clarísima en el precio del mercado mayorista en estos momentos: frente a los 30 euros MWh que marca la adjudicación media de esta subasta hay una distancia grande con los más de 200 euros MWh que se pagarán mañana en el mercado mayorista español”. Asimismo, ha reseñado que la subasta presenta dos novedades la incorporación temprana al sistema de las plantas que estén avanzadas y un cupo para pequeños instaladores, sobre el que la ministra ha reconocido que “no ha logrado asentarse”, pero asegura que se mantendrá en futuras subastas.

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